NOTAS Y RECITALES VIVIDOS


 

 

 

Condición Humana – Por Mauro Vallejos

La banda celebró sus seis años con un show emblemático en La Quince el sábado 1 de abril presentando “Lo que somos”, su segundo disco. Por Mauro Vallejos El guitarrista Alejandro Perucha se prende fuego en uno de esos tantos solos acelerados que lo particularizan, abajo la monada acompaña con palmas y banderas. Hay una efusión en el ambiente de esas que sólo ocurren cuando se presenta un disco nuevo. “Sin verse” y “Poco cardón achuma” abren el show, le siguen “Antes de un adiós” y “Soñar rocanrol” sumada a “El rayo de tu sol” de “Doctus Filo”, su disco anterior. “Rollos no te alcanza para esta historia registrar” canta Gaspar Badano en “Puedo ver” y se podría decir que el sábado pasado se vivió una de esas películas en que la trama es dura pero el desenlace victorioso. Brota una emoción en el aire que contagia a todos los que están ahí, cada composición valió la pena. Como Condición Humana es una banda comunitaria el escenario se llena de músicos amigos, desde una flauta traversa y un bombo legüero en “Disfruten el momento”, pasando por grandes coristas, percusionistas, y la guitarra de Gastón Oroño. “¡Voy a bailar en tu sonrisa ahora!” gritan los presentes con “Media en la mano”, una de las más festejadas, seguida de “Canciones y almas” de Callejeros y “Héroe Terrenal” con El Colo, cantante de Invencibles, de invitado. Para cerrar la noche sonó “Luchando al porvenir”, una declaración de principios. El show del sábado dejó impreso para siempre lo que se consigue luego de tanto esfuerzo y años en el camino.

 

Sofía Viola en Roseti – Por Mauro Vallejos

La cantautora se presentó en el recinto de Colegiales para celebrar el “Ciclo Magia” como cada jueves de marzo. Juanito El Cantor preparó el panorama para una noche de guitarras criollas.

El clima pareciese asemejarse más a una reunión familiar que a un concierto, no hay escenario y Viola hace todo lo posible por romper esa barrera entre cantante y público. Se equivoca y se ríe, todos se ríen.

Dentro del mitín, Juanito El Cantor oficia de “telonero” con Nicolas Soares Netto en la percusión. La lista de temas es un éxito: va desde dudas existenciales, hasta escenas ponográficas, pasando por el amor y la libertad, la libertad siempre presente tratando de unir todo el concepto.

Desde que Sofía se fanatizó con Violeta Parra, intentó hurgar cada vez más en la vida del pueblo chileno y, como parte de su familia viene de dicho país, compuso una canción llamada “El vals de mi abuelita” que relata todas las travesías luego de cruzar los Andes. También cantó “El Albertío” de Violeta y hasta se animó a hacer la cueca “Dale gusto al cuerpo, niña”.

Para abrir el show eligió “Martín duerme”, de su primer disco, pero la gran mayoría de las canciones que hace en vivo no están editadas, lo que demuestra una creatividad inmensa para escribir letras y componer todo tipo de estilo musical.

Los asientos del recinto están agotados y hay hasta algunas personas paradas, todos son cómplices de ese momento de intimidad en el que Sofía presenta temas nuevos y pide, con su gracia de siempre, que no sean filmados.

Se rinde culto a la letra simple y emotiva. Suenan composiciones de todos los tiempos: “Respirar el alba”, dos chacareras que hablan sobre un viaje de ida y otro de vuelta en el tren de Temperley a Haedo y “Urruguai”. Para el final aparece “Con Gaspar al Mar”, una cumbia de amor trágico, y “Entre el recuerdo y el rencor” junto a Juanito y Nicolas.

Sofía se renueva, en todos estos jueves trató de nunca repetir la lista de temas y promete que para el próximo la acompañarán un trompetista y un pianista. Un buen motivo para volver a llenar la sala con ese clima de intimidad y celebración.

 

Pez y Morbo y Mambo explotaron la Fiesta Clandestina

Pez se presentó junto a Morbo y Mambo en Groove el viernes 6 de enero. Una potente combinación para la primer Fiesta Clandestina del año. Lo de Morbo y Mambo en escena es algo apasionante: un puñado de músicos que pareciese estar en trance total con lo que están tocando. Cada arreglo es pensado con precisión, cada instrumento que se mete es exacto y cada vez que termina una canción se siente un vacío total en el ambiente que ningún aplauso puede llenar. Formados por batería, bajo, guitarra, teclados y trompeta pasean por ritmos como el funk, el dub, la música electrónica y otras yerbas. El público termina inmerso en esos instrumentales interminables. Una de las pocas bandas que puede tocar después de semejante hecho musical es Pez, porque la guitarra de Ariel Minimal también tiene ese viaje, ese sonido, preciso en cada tema. Desde el arranque con “Lo que se ve no es lo real” el recinto se inunda de ese mar de canciones tan diversas y con letras tan contundentes como las de las que siguen “Introducción, declaración, adivinanza”, (“¡no tengo nada que ver con tu idea de rock!”), “De la vieja escuela del amor” y “Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar”. Como son un banda que no para de componer y grabar discos, el viernes aprovecharon para presentar dos temas nuevos. La base que arman Fósforo García en el bajo y Franco Salvador en la batería se entrelaza perfecto con Juan Ravioli que por momentos toca el teclado y por momentos la guitarra. Para cerrar el primer show del año sonaron “Haciendo real el sueño imposible” y “Último acto”. Tanto Pez y Morbo y Mambo son bandas que supieron hacerse un lugar en la escena tocando una música que nadie hace, con un profesionalismo y una impronta independiente que embellece su propuesta.

PUM - Cuando la comunión de músicos saca sus frutos

PUM se presentó en el teatro Caras y Caretas de la calle Sarmiento 2037 para cerrar el año junto al quinteto de Mariano Delgado y el piano talentoso de Armando Pepe.

Un enganchado entre el instrumental “Odín” y “Fuego” dio inicio al show de Pum en el Caras y Caretas 2037. Antes pasaron cosas alucinantes, como que Lito Vitale se suba a tocar con el quinteto de Mariano Delgado y también con Armando Pepe, el gestor de todo este festival que se caracterizó por la comunidad entre los músicos. Todos los que tocaban, luego subían como invitados del otro grupo. El show de PUM tuvo invitados fuertes como fue el guitarrista Sebastián Lans de Huevo en “Biología bipolar” pero la que desbordó el escenario de energía fue Lula Bertoldi sumando su voz carrasposa a “Rayo”. La banda en general tuvo una estética muy cuidada donde todos vestían remeras multicolores y funkeaban al ritmo del momento. El cierre fue con “Prisma” dejando a la gente con ganas de más. Cuando las bandas se ayudan entre sí surgen cosas como este gran festival que pasó por varios estilos musicales distintos, siempre con el profesionalismo y la creatividad como eje.

Carajo festejó su cumpleaños número 15 en el Luna Park

El fan de Carajo sabe que cuando la banda toca en el Luna Park arma un show único. Lo que se vivió el sábado no se vió nunca en la historia de los grupos del rock argentino. No existe nadie que haya hecho semejante puesta en escena y que además suene como suenan ellos, que se la juegue como se la juegan de manera independiente. Una cortina de leds esta tendida delante de los músicos, sin embargo se ven sus siluetas. Cuando inicia el show, en la pantalla se proyectan imágenes de sus cuerpos en gigante, los Goliat del heavy metal conquistan una vez más el palacio de los deportes. Y no, no hay explicación para el sonido que se esta emitiendo, el volumen al palo, con la nitidez exacta para distinguir a cada uno de esos animales enjaulados de visuales. Imágenes por todos lados, delante de ellos, detrás, debajo. Lo animal siempre presente: perros y cabras tridimensionales al estilo de la tapa del DVD, caballos que galopan al ritmo de la canción, ojos salvajes y coloridos que se los quieren comer crudos. Para “Chico granada” tres jóvenes encapuchados, para “El Error”, sus caras gigantes gritando perfectamente sincronizado. A Carajo le sale todo bien, incluso dos de los invitados clave para el EP de 4 temas que tenían que presentar como Ciro Pertusi y Walas de Masacre no pudieron asistir y las visuales los suplantan con videos de estos cantando a cámara. Ciro se muerde los labios por ese amor “Constrictor” y Walas le canta a cientos de robotitos que rodean la estética de “Invisible” Pero hubo millones de invitados, desde Marcelo Telechea en teclados y el productor Ale Vazquez en guitarra, pasando por un héroe punk como Luciano de Attaque 77 que suma su bajo a “Humildad” y las ramoneras “The KKK took my baby away” y “Blitzgrieg bop”. La familia dice presente cuando invitan a Miguel Botafogo (Don Vilanova, padre de Andy) en la guitarra de mesa y a Julieta Corvalán, hija de Corbata, en la voz de “El llanto espiritual” y “De frente al mar”. Knario de Plan 4 es uno de los puntos más altos de la noche, le da ese dinamismo de correr por todo el escenario, agitar su adrenalina y revolear su pelo largo por cada recoveco en “Cicatriz”, la festividad de “Joder” y la torta del cumpleaños número 15. Luego, Fernando Ruiz Diaz de Catupecu Machu suma su guitarra y voz a “Maleficio” El sonido tiene una potencia inexplicable, Corvata agradece a todos los presentes y a ese aura familiar que los rodea. Para el final suenan “Sacate la mierda” y “Pura vida”. El show termina y la gente se queda aplaudiendo hasta el último minuto. No es para menos, tanto el sonido como aquel “mesh” que los tapaba desde el principio e intercalaba con las pantallas HD de fondo fueron algo que reforzaron la idea que tenemos todos: que Carajo tal vez no sea una banda que crezca demasiado en popularidad, pero su crecimiento musical y escénico se ve plasmado en cada concierto.

David Lebón en "La Trastienda"

David dice que es su gran amigo, que se quieren un montón, que lo ayudó mucho en los momentos más difíciles y que él también trato de ser amable en todas las circunstancias. Ni bien Pedro pone un pié en el escenario el público se sumerge en una ovación imponente, “Esperen que todavía ni toqué”, dice el bajista, pero es que la dupla Lebón-Aznar, Aznar-Lebón, es una de esas que nunca te fallan. Pero antes de eso pasaron muchas cosas, sonaban canciones como “Esperando nacer”, “Mundo agradable”, la presentación de un rock clásico que estará en un disco próximo a salir y la invitación a la armoniquista Natacha Seara para hacer “Copado por el diablo” De abajo le gritan “¿Tenes que tocar mas seguido, Ruso!” y el se ríe y contesta “Es difícil a los 64 años, después de todo lo que consumís, estar mas o menos flaco y bien de la cabeza”. “El Ruso” tiene un manejo del escenario impecable. Le traen unas tumbadoras y humorea, “voy a hacer percusión con el pitulín”, para seguir con “En la vereda del sol”. Mas tarde, un set acústico nos estremece el corazón con canciones como “Parado en medio de la vida”, “Nos veremos otra vez” y “San Francisco y el Lobo” “Voy a invitar a unas amigas, en realidad a dos amigas y un amigo”, para dar paso a Eruca Sativa que se apropian del escenario para hacer una versión pulenta de “Despiértate nena” en donde Lula Bertoldi intercambia solos con el anfitrión de la noche. Luego, el momento mencionado, la ovación a Pedro Aznar que mueve sus dedos en el bajo como las mismas arañas que lo cuidan en “Casas de arañas”. Luego, Aznar dice, “Por qué no le contas a la gente a qué edad compusiste esta joyita?”, para dar inicio al clima tétrico de “Noche de perros”, una canción que Lebón compuso cuando tenía sólo 18 años. Cuando se baja el invitado, “Seminare” mantiene esa emotividad en el ambiente y, para el cierre, la festiva “Sueltate Rock And Roll” de Polífemo. El Ruso se desliza sobre el mástil como nunca, “Ustedes aplauden como si fuese la primera vez y estas canciones son más viejas que yo”. El brillo en sus ojos dice que sigue teniendo las mismas ganas de tocar rock and roll.

Peteco Carabajal - "Rienda Suelta"

Peteco Carabajal deslumbró en el Club Atlético Fernández Fierro con una banda que integra con dos de sus hijos. Un show intenso y plagado de canciones inéditas e invitados. Peteco le saca fuego a su violín. Camina entre las mesas y los presentes le van abriendo paso. Carabajal despierta a todas las generaciones. Completamente impredecible es lo que va a ocurrir en el show. Tiene mucha improvisación. Los instrumentos también son impredecibles, Peteco puede tocar el violín, la guitarra criolla, la eléctrica o el bajo. Su hijo Homero tiene una voz muy dulce y toca tan bien como su padre, su hija Martina Ulrich es sumamente creativa a la hora de tocar la percusión, tiene una batería a la que le agrega muchos accesorios que acompañan impecablemente. El público se retira con el corazón lleno de folclore. ( por Mauro Vallejos)

Homenaje a Homero Manzi

“Homero: el color de la sudestada” es la mejor forma de conocer a Manzi, entender sus inquietudes, sus versos, su historia. Roxana Fontán se prende fuego en cada cantar, se vuelve una cosa inerte que sólo se puede explicar con ese cosquilleo en la piel cuando se eriza. Una voz llena de academia y estudios musicales pero también llena de arrabal, de tango bailado, de historia viva. El Chino Laborde deslumbra con su actuación y su cantar, el papel de Homero le queda perfecto y lo interpreta con muchísima pasión La militancia política esta siempre presente, desde sus años radicales y su lamento por la muerte de Yirigoyen hasta la llegada del peronismo y ese color de la sudestada. Se ve su lamento por el golpe militar del 30 y su encarcelamiento durante los años de la década infame. La obra esta integrada por cantores majestuosos como Claudio Garcés y los tangos se cargan una buena cuota emotivo-narrativa de la historia. La dirección musical a cargo de José Luís Castiñeira de Dios es tan impecable como la dirección general de Leonardo Napoli. Durante todo el espectáculo suenan clásicos como “Bettinotti”, “Barrio de tango”, “Milonga del 900” y “Malena”, donde Fontán se lleva los aplausos más ruidosos de la noche por una interpretación excepcional. Al final los presentes ovacionan colmados de emoción. Una vida dedicada a la poesía y al compromiso social.

Ojos de Cristal - Conociendo Bandas Nuevas

Ojos De Cristal es una banda de Merlo que viene dando shows muy cálidos por el país, desde el Cosquín Rock hasta los bares más recónditos de under. Con la excusa de su primer videoclip, “Esperándote”, charlamos con Tom Blu, su guitarrista, que nos cuenta de la actualidad de la banda y sus planes a futuro. ¿Cuál es el horizonte de la banda para este año? En lo que resta del 2016 terminamos la presentación del primer disco, "Rasguñando el Sueño Eterno". Tocaremos alrededor de 20 o 30 veces en diferentes lugares del conurbano, y de ser posible, viajaremos a Córdoba. La gira interbarrial que iniciamos en febrero de 2015 en el Casquín Rock termina en 2017, en el mismo festival, para darle paso a la grabación del segundo disco. El nuevo material esta en gran parte terminado, tenemos que laburar todavía sobre las canciones y el tipo de arte, pero tenemos la esencia clara de lo que la banda quiere brindarle a su público, va ser un álbum con letras muy profundas y como estamos acostumbrados, musicalmente vamos a utilizar todos los subestilos del rock posibles. ¿Cómo surgió el nombre del disco? "Rasguñando el Sueño Eterno" sale directamente de la canción "Eternas Noches", esa frase, junto a otras, representa de alguna manera el valor del esfuerzo, durante años lanzamos demos y diferentes trabajo musicales, pero ninguno editado de manera profesional. El concepto es simple: nuestro sueño sigue latente y con mucha fuerza, solo llegamos a rasguñarlo, con trabajo y sacrificio algún día lo podremos alcanzar. ¿Qué rescataron de todas las veces que participaron del Cosquín Rock? Cosquin Rock es la excusa perfecta para irnos de vacaciones todos juntos, por supuesto que nos llena de orgullo estar ahí, y que es un empujón publicitario y una carta de presentación para laburar durante el resto del año. Pero no deja de ser el momento donde nos encontramos como amigos, pasamos días inolvidables, para bien y para mal. Volveríamos aún sin tocar en el festival, por que la energía nos pasa por otro lado.

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Cientificos del palo

Los pichoncitos de la oligarquía/ duermen sabiendo que algún día/ serán los dueños de una gran porción,/ de un pedazo de esta nación" Científicos baja los decibeles pero no pierde lo contestatario. Tampoco su calidad musical, hasta los funkys más rabiosos son versionados impecablemente con un cuarteto de cuerdas de fondo. Pasan "Tarde" y "Dos"

Las puteadas tampoco se ausentan, ese hermoso y original diálogo que existe entre la banda y su público: "!Aprendé a cantar!", “Largá el fernet, ¡borracho!”

Pero cuando Liliana Herrero se sube a cantar esa “Zamba en braile” pareciese que el tiempo se detiene. Humorea comentando “No se por qué me invitan a cantar zambas, si yo se cantar rock and roll”, dice que no se aprendió la letra pero cuando canta su voz traspasa las paredes del teatro. Un deslumbrante manejo de la situación, desde cuando festeja un arreglo de guitarra hasta cuando se confunde y pide que se vuelva a repetir la estrofa hasta incendiarnos a todos, hasta convertirnos en un mar de emoción cuando entona a los gritos esa hermosa frase de que “Aunque tu envase se haya vencido,/ vos te quedas conmigo”.

Esta toda la familia de Pepo, pero no presente en el lugar, esta toda su familia en las canciones, esta su hijo en "Todo", su hija en "Prólogo". También sus amigos de la infancia como José Teixedo, de Amores Tangos, que anteriormente se subía con el bandoneón en “El dormijito”.

Sebastián es un animal creativo de la percusión, activa bases rítmicas desde una computadora y lo cargan diciendo que esta revisando el homebanking. Y Popete es ese tipo al que todos adoran por sus líneas de bajo y por su forma de ser hasta ser ovacionado con el clásico “Popete se la come/ Popete se la come”

Para el final suenan “Civilización y barbarie”, “Cierra el almacen”, “Los gomías” y “Mantenerse en el camino”

Los Científicos tienen razón: tarde o temprano tu bondi llega a destino.

Cinema Verité, un homenaje impecable a Serú Giran

Cinema Verité se presentó en el teatro Caras y Caretas 2037 para rememorar las melodías compuestas por aquel seleccionado deslumbrante de músicos llamado Serú Giran.Tal vez, sea la era de las reversiones, tal vez estemos necesitados de volver a oír aquellas melodías que nos cruzaron el cuerpo y nos quebraron la voz.

Si todo esto es así, Cinema Verité tiene la precisión para tocar en la médula de esos clásicos inolvidables, ese sintetizador de “Peperina”, esa base rítmica indescifrable en “Autos jets aviones, barcos”, ese “naranana” que corea en “Noche de perros”.

El show arranca con “No llores por mi, Argentina” y el viaje a las entrañas de Serú Giran da su inicio. La tarea del baterista, que es simular lo que Oscar Moro hacía con sus palillos, es realizada con grandeza.

En medio del show se toman un intermedio de algunos minutos para descansar y de fondo pasan audios de entrevistas. Una donde Moro explica que el nombre del grupo se les ocurrió a Charly y Lebón luego de un viaje a Buzios donde inventaron un dialecto de donde salieron otras palabras como “Lumineida” y “Eiti-Leda”. También otra donde García comenta que “se supone que el arte es más grande que la vida” y explica su manera de crear historias a la hora de componer.

A la vuelta, la canción que da nombre a la banda nos destroza el corazón seguida de “Perro Andaluz”, “Popotito”, “Cuánto tiempo más llevará” y “Seminare” con Eve Aznar en la voz.

Para el cierre del show amagan una despedida con “Canción de Hollywood” y, luego del pedido de bises, el escenario se prende fuego con la mística de “Eiti-Leda”

Si no sos amigo de los tributos, Cinema Verité es una banda para cambiar esa perspectiva.

Dacal y una década cantada en el Xirgú

La década cantada de Pablo Dacal es un viaje hacia poesías de todos sus tiempos y ritmos musicales que recorren el mundo. El final del show lo encuentra entre el público entonando a capella “El corazón es el lugar”. Se lo ve sereno, como después del huracán que lo llevó a compartir escenario con una banda numerosa e invitados de la talla de Pablo Grinjot en los teclados y Daniel Melingo en el clarinete.

Pero el clima no es el de un recital normal, cuando entramos al teatro sólo hay sillas en su periferia y en el medio del salón hay montones de niños corriendo con sus zapatillas de luces, jugando a las escondidas, saltando por ahí. Dacal por momentos les habla como si fuesen adultos y los niños lo miran compenetrados, luego siguen jugueteando.

También hubo momentos de paz, como cuando musicalizó “Nada en la televisión” de Pipo Lernoud sólo en el escenario y acompañó con sus maracas “Vuela el Pez”, esa bachata dedicada a su hija Eva.

El inicio del show es con “No podrás matarme”, donde incentivo a que todos ocupen el centro del salón para bailar continuando con “El tren de la canción”, “Volveremos” y “Ella ya esta en la playa”.

Los invitados desfilan con grandeza y cada uno se acopla perfecto, desde Ulises Conti en los teclados pasando por Manuel Oniz en la voz hasta Milo Moya en el bit box.

El show esta rodeado de emociones, son muchas las personas que se acercaron al Xirgú y Pablo insiste en que a la gran mayoría hace 10 años que les ve la cara. Esa relación sentimental-temporal será lo que le fluye por el cuerpo cuando corre por el escenario y se tira al suelo con su traje blanco y su remera rosa, cuando cierra los ojos y entona cada canción haciendo que todos esos años de música hayan tenido sentido.

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