NOTAS Y RECITALES VIVIDOS


Sofía Viola y Esther Diaz en el ciclo "Lo personal es político"


El pasado jueves 20 concluyó el ciclo “Lo personal es político” con la participación de Esther Diaz y Sofía Viola en el Teatro Hasta Trilce.
Por Mauro Vallejos y Martín Lopez Giesso. Foto: Sofía Mazzaglia

La imagen que cierra el evento es Sofía tocando el ronroco y Esther golpeando un bombo legüero con un consolador de goma.
Si uno visualiza todo eso no puede imaginar que antes se dieron momentos de suma intimidad. Charlas sobre la infancia y los mandatos hegemónicos del patriarcado.

<La honestidad de la mujer se mide de la cintura para abajo>, eso es lo que
escuchaba en mi casa, o el hombre que decía <serás mía o de la muerte fría>. Esto era un lugar común. Teníamos que ser para ellos o sino para nadie. Lo peor es que de
muy chiquita yo quería estudiar y terminando el primario me entere que no me iban a dejar hacerlo. Porque las estudiantas se echan a perder, se hacen putas” lamenta Esther Diaz, que consigue abordar debates sensibles con una naturalidad brillante.

Por otro lado, Sofia Viola mencionó sus inicios musicales diciendo que a los 15 años su papá le dijo “tenés que cantar tango, y para cantar tango tenés que emborracharte, enamorarte ,desenamorarte y vomitar”.

La escenografía esta compuesta por varias telas blancas en las cuales se proyectan imágenes y una mesita con dos sillones donde conversan las invitadas.

El factor humorístico está presente durante toda la velada, se salta del drama a la risa periódicamente, mientras Viola toca “Caca en la cabeza” Diaz se come una banana y observa impresionada. Todos los debates son acompañados por una canción, como “La devota” de Carla Vaccaro o una canción de cuna en la que el padre esta colapsado por un niño que no se duerme. El clima es de tal distención que Esther se prende un porro y le convida a Sofía mientras canta.

Respecto a los cánones de belleza Diaz dice que nunca pudo relegar la cosmética “A veces me dicen las feministas, <¿Y Foucault que diría?>, me chupa un huevo lo que diga Foucault”.

Para el final Sofía entona la cumbia “No me des merca” mientras Esther menea y el público se levanta de sus asientos.

El ciclo Disidencias se llevó a cabo todos los jueves de septiembre y tuvo personalidades como Tita Print, Vanesa Orieta, Marlene Wayar y Mariana Komiseroff.
Ojalá se repita para seguir pensando que “lo personal es político” desde una perspectiva feminista, teórica, poética y musical.

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Sig Ragga presentó EP

Sig Ragga se presentó el sábado 14 de septiembre en el Konex. Por Mauro Vallejos

El motivo fue la gira de presentación de "Relatos de la luna. Parte 1". Un EP de 3 canciones que dará paso a otras dos partes más que saldrán en octubre y noviembre para consolidar el concepto del disco.

Sus más de 20 años de historia son los que le permitieron armar su propia teatralidad a la hora de tocar en vivo. Vestidos y maquillados para la ocasión con túnicas negras y sus caras pintadas de blanco, sonaron canciones como “Arlequín”, “Girasoles”, “En el infinito”, “Pensando” y “Continuidad de lo indecible”

También apareció “Tocando el cielo”, una de las 3 canciones que integran el nuevo EP que muestra un giro en el estilo de la banda.
La propuesta de Sig Ragga no es la de un grupo de reggae pero tampoco es de rock, es una mezcla que pulula por el jazz, la música clásica, la tarantela y el ska. A lo largo del show no dicen una sola palabra, muy involucrados en que sea una especie de obra de teatro.
Todo está potenciado por un juego de luces extraordinario, las caras de los músicos mutan entre el azul y el verde. Cuando suenan tonos menores la iluminación acompaña la oscuridad y en los momentos de mayor festividad abundan los rojos y amarillos.
En la misma lista de temas se muestra un hilo narrativo, ya que luego de tocar “Escalera y barco”, canción que relata la historia de Noé, cantaron “Esperando la magia”, de su nuevo EP, que muestra su postura aclarando que la Iglesia y el Estado tienen que ser asunto separado. Luego de esta sonó “Resistencia Indígena”, que hace alusión al proceso colonizador en América Latina, y “Un grito impotente”.
Las ideas se terminan de aclarar cuando suenan “Severino De Giovanni”, dedicada el referente anarquista, y “Matata”, con su potente lírica:  “vamos favoreciendo el mundo encadenado / cada vez que te dejas mandar, americano
El final del show lo componen “Feliz” y “Chaplin”, el piano toca una especie de cajita musical y las luces del escenario se van apagando de a poco.

 

 


El PAN nuestro de cada jueves

Santiago Vazquez creó PAN, una banda de percusión guiada por su lenguaje de ritmo con señas. Escrita por Mauro Vallejos, foto cortesía de Prensa PAN

Bienvenidos a este ritual pagano donde los ritmos se rigen por las manos. Un equipo musical que pareciesen los Harlem Globetrotter de la percusión. Todos tiran sus magias en sintonía con cada integrante del grupo.

Desde que Santiago Vazquez puso en marcha su máquina de ritmos, aparecieron a nivel mundial más de 150 grupos anotados en la asociación de percusión con señas. Más de 25 países hablan este idioma, quizás esta universalización proviene de sus tantísimos viajes a diversas partes del mundo en pos de buscar los secretos de cada folklore, de cada estilo.

La paleta de colores de PAN es enorme, desde la rítmica latinoamericana con bombos legüeros y cajones peruanos, personificada en Facundo Guevara, hasta la electrónica y voces procesadas de Nico Cota.

La calidez de la voz de Milo Moya marca la presencia del sonido urbano, cuando uno lo ve haciendo beat box no puede entender cómo aguanta el aire y la saliva durante las casi dos horas de zapada. ¿Con quién se ensambla? Con maestros de la música como Sergio Verdinelli que se encarga de la batería con la mística de las Bandas Eternas de Spinetta.

La sonoridad del grupo se destaca por mezclar distintos timbres, hay sonidos afrolatinos provenientes de los bongó, congas y timbales de Carolina Cohen. Pero también hay percu electrónica y voz de Nicolas Sorin.

Acá podríamos decir que cada músico sería una ciudad con su estilo. La maravilla proveniente del sintetizador del Mono Fontana da un respiro en ciertos momentos en que el ensamble necesita un descanso. Cheikh Gueye, por su parte, aporta con la rítmica africana y Gonzalo Arévalo con la árabe en instrumentos como el daf.

Pero cuando Santiago creó ese sistema se imagino algo ligado a lo lúdico y a los deportes, por eso hay un concepto de equipo. Las reglas del juego son 10 dedos que arman figuras y marcan el tempo del Complejo Art Media (C).
C es un recinto para 4500 personas, cuenta con un espacio para hacer acro-yoga, una cancha de fútbol tenis y 3 aros de básquet. Además de mesas de ping pong y tejo. Como una playa en medio de Chacarita y en invierno.

El PAN es grande, se rompe y se comparte con distintos sabores. Hay para todos los gustos. El nuevo desafío tímbrico de la percusión se presenta todos los jueves en C.

 

 


Científicos del Palo en Mar del Plata

El trío se presentó en Abbey Road para reencontrarse con el público de su ciudad y jugar más locales que nunca. Por Mauro Vallejos

El telón se abre y detrás de él Científicos del Palo da la bienvenida con “Movistar o Muerte”, una letra que relata la tercerización laboral y la dependencia de la tecnología con riff de guitarras demoledores, seguida de “El cura, el militar y el dueño de las vacas”. Ambas de Gorilophrenia, uno de sus discos más emblemáticos.

Pero la banda también muestra un arsenal de canciones que integran Justicialista, su último álbum que describe el vivir en Mar del Plata con temas como “Marplatense” o “Mar del Platano”.
Y como para ellos  todo arte es político, su cantante “Pepo” San Martín aprovecha para criticar a Carlos Arroyo, el intendente de la ciudad. Los presentes acompañan apasionados aquellas canciones que hablan sobre la realidad política.

En medio del show aprovechan para presentar “Mulo”, una canción nueva con pulso funk y una letra que defiende a la clase obrera y ataca a la derecha.

Por momentos el show pareciese transformarse en un espectáculo de stand up ya que Pepo no para de hacer comentarios para entretener a los presentes. Desde las recomendaciones que su abuela le dio acerca de las fiestas electrónicas hasta chistes (otra vez) a Arroyo catalogándolo como un “viejo nazi e inútil”.

Durante el principio de la noche tocaron bandas como Luceros, Sahumerios de Metal y Exiliado. El grupo les agradeció su participación y siguieron sonando temas como “Los Gomías”

Para el cierre, la emotividad de “Mantenerse en el camino” se maridó con la oscuridad de “Tratar de tratar”. El final fue con “Cristo o Perón” donde montones de dedos levantaron la V despidiendo a este power trío justicialista.

 

Looperas y groove uruguayo

El uruguayo Martín Buscaglia se presentó en La Tangente el jueves 16 de agosto en su formato “Hombre Orquesta”. Crónica de un recital entre looperas, guitarras criollas, beatbox y bajos grooveros. Por Mauro Vallejos

Sin mucho aviso las luces se apagan y Buscaglia ya esta arriba del escenario tocando los botones de su loopera. Graba una base haciendo palmas y sonidos con la boca, luego se cuelga el bajo y empieza a zapar, hace señas preguntando si esta bien el volumen pero, dando por sentado la respuesta, le sube un poco más.

Cuando el clima esta en su mejor momento corta la música y se pone a explicar que eso sólo era una prueba de sonido para dejarle todo listo a su amigo Gonzalo Brown.

El repertorio de Brown mezcla reggae con rock y melodías alegres con letras contestatarias. Sólo con su guitarra y un buen feeling con la gente despliega canciones como “Pegando alto”, “Música, oh música” y “Colombia” entre otras.

La vuelta de Martín al escenario es un poco más pacífica pero no menos maniática que la anterior. Sentado con su criolla hace “El toscano del papa” y “Visionarios”. Luego el show se convierte en una conferencia en la que reflexiona acerca de la emotividad que produce escuchar al público cantar al unísono una canción. Despliega teorías, suposiciones y conspiraciones basadas en la temática elegida.

Con “¿Qué importa el bla bla bla?” vuelve a conectar su loopera y en “Viajar contigo es como escuchar la vida secreta de las plantas” implementa un extraño nuevo instrumento: ¡el juguete Simon!, tocando cada boton de color reproduce una nota distinta que forma la melodía central del tema.

El despliegue de instrumentos y el manejo del escenario hacen una experiencia completamente distinta de las de un concierto formal, se nota la cantidad de años, discos y conciertos que lo han convertido a Martín en uno de los músico más emblemáticos del Uruguay. Las charlas con los presentes generan un clima de intimidad que invitan a la reflexión y a la carcajada y lo vuelven uno de los ejes centrales del show.

Cada canción es tocada a su manera y tiene su historia. Hay un calipso dedicado a Leroy, el personaje interpretado por Gene Anthony Rey en la serie “Fama” de los años 80, o una canción nueva compuesta junto a Fernando Cabrera, o “Juan, la sirena y el mar”, donde arma una coreografía para que todos repitan.

Para el final invita a Brown y hacen una mezcla de clásicos arriba de un loop de cumbia mutante. Ahí suenan “No vamos a cambiar de bando” y pedacitos de todas las canciones que durante el show generaron revuelo.

El salón se convierte en una pista de baile y Buscaglia enciende un fuego que contagia multitudes. Pareciese un gran fogón en el que todos se comprometen para que nunca se apague y la fiesta siga toda la noche hasta extraviarse y explorar, porque, como dice “Visionarios”, ambas palabras comienzan por la misma sílaba.

 

 

El tango nuestro de cada miércoles

La Orquesta Típica Fernandez Fierro se presentó, como casi todos los miércoles, en el CAFF, su propio espacio. Crónica de un show oscuro y demoledor. Por Mauro Vallejos

Bandoneones arrabaleros que se abren largo y lejos en la nocturnitad porteña, la cantante Julieta Laso escupe todo el asfalto con una voz sucia y rencorosa que hipnotiza a cualquiera.
La Fernandez Fierro suena con una potencia asombrosa, es realmente conmovedor verlos en vivo porque logran sumergirte en un mundo que ya tienen aceitadísimo. Un show conciso y calibrado a la medida del CAFF, su propio espacio. Cada violín y cada bandoneón se escucha con el detalle necesario, ni un poquito más ni un poquito menos, todo encaja como tiene que encajar.
Así empieza el viaje hacia la noche de una orquesta joven que suena a antigua. Letras que hablan del hoy pero que bien las podría haber escrito cualquier compositor hace varias décadas.
La estética es oscura, la iluminación pareciese centrarse en mostrar poco para adornar el clima turbio de la música.

El pecho vibra con la fuerza de cada compás y suenan canciones como “Desierto”, “Sierpe” y “Brujos y Científicos”, dedicada a la directora Lucrecia Martel que estaba presente.

La Fierro siempre fue una Orquesta comprometida con las luchas contemporáneas, Julieta canta con el pañuelo verde que reclama aborto legal, seguro y gratuito, también le dedican canciones a la familia de Santiago Maldonado y cantan “Pegue su tren”, incluida en “Cuerpo” un disco en el que varios músicos hacen “canciones a partir de Mariano Ferreyra”

Cuando el show finaliza a uno le queda la sensación que, por un rato, no tiene que sonar ningún tipo de música. Todo el concierto es un viaje imponente con canciones estruendosas como “Demolición” o “Astiyas”.

El público se retira del show, movilizado y con ganas de escuchar el próximo disco del grupo que saldrá en el mes de mayo.

Cada compás es un puñal, cada verso una pregunta a la existencia. La Fierro crece y renueva un estilo con muchas cosas para decir.

 

 

Otro martes al ritmo de las señas

La Grande se apodera de Santos 4040, en el corazón de Chacarita. Sus improvisaciones, comandadas por un lenguaje de ritmos que se transmiten a través de las manos, son cada vez más grooveras y bailables. Por Mauro Vallejos

Santiago Vazquez es de esos músicos carismáticos que se roban los aplausos del público, pero, a diferencia de la gran mayoría de los frontman, no canta ni baila arriba de un escenario. Él con un simple movimiento de dedos tiene a toda la banda y los espectadores mirándolo.
La Grande es un suceso único que cada martes se reinventa. Siempre es igual pero siempre es diferente, durante el primer bloque la banda improvisa con sus músicos fijos y en el segundo se arma una jam con cualquiera que conozca el sistema de improvisación por señas.

Los ritmos son variadísimos, pasando por el jazz, el funk, el soul y terminando en el reggae, la cumbia y hasta la música electrónica.

El sistema de improvisación por señas llegó a exportarse a América Latina y Europa, se caracteriza por simplificar montones de ritmos a los 5 dedos de cada mano. Santiago lo emprendió con La Bomba de Tiempo, grupo de percusión que él mismo creó, y hoy lo aplica en esta banda que esta formada por dos baterías, bajo, guitarra, cello, trombón, trompeta y saxo.

En el lapso que el grupo no esta sobre el escenario Villa Diamante se encarga de pasar música acompañado de Pato Smink, parte del público se queda bailando y el resto se va a jugar a las mesas de ping pong y metegol que tiene Santos 4040.

Cada martes es más festivo, cada martes es más groovero. El día de nuestra crónica la zapada finaliza con un sinfín de músicos comandados por un rapero haciendo Freestyle. La base se vuelve irresistible de bailar y así concluye otro martes al ritmo de las señas.

 

 Foto: Anette Etchegaray - 20 segundos audiovisual

Las pasiones te acercan a tu libertad

Condición Humana presentó "Lo que somos" en un Marquee colmado de gente. Crónica de un show para el recuerdo con montones de invitados. Por Mauro Vallejos

“Sale o sale” despliega su rocanrol en un Marquee hasta las manos, los primeros trapos empiezan a flamear y Gaspar Badano, voz y guitarra de Condición Humana, da la bienvenida. A esta le siguen “Separación  Infinita” y “Programación Factor Uno”.

Un corazón gigante se aloja a un costado del escenario representando el arte del disco a presentar, “Lo que somos”, también unos telones cuelgan ilustrando esos paisajes desérticos del norte argentino que ayudaron de inspiración en un viaje grupal.

Invitados hay miles, desde Martin Navello y Matías Fernandez de Camena en las guitarras, pasando por Guadalupe Amieva en el chelo y Emilio Boudgouste en la flauta traversa. Para “Somos lo que somos” se sube Francisco Rangugni en la guitarra y Florencia Sbarra en coros.

La lista repasa también clásicos de aquel primer demo como “¿Qué es la vida?”, inspirado en el libro “La vida es sueño” de Pedro Calderón de la Barca, y también “Puedo ser” de su primer disco, “Doctus filo”.

Para el final Gastón Oroño aporta su viola en “Media en la mano” y “La Suerte de no ganar” que, junto al saxo, trompeta y trombón de Tomás, Manuel y Miguel generan el pogo más grande de la noche. “Sin verse” y “Luchando al porvenir” se despiden declarando principios.

Condición es de esas bandas que se esfuerza para que cada fecha tenga algo nuevo, que produce sus recitales de forma independiente saliendo a pegar ellos mismos los afiches y volanteando en toda la ciudad. Bien merecido este Marquee que renueva la energía del disco y apunta al cierre de año, el 16 de diciembre en La Comunidad del Sótano.

 

 Graffiti plasmado en la esquina de Niceto Club

El Kuelgue: Segundo de cinco Nicetos

La banda se presentó por segunda vez en el recinto de Palermo con entradas agotadas. Lo hará todos los jueves de noviembre. Por Mauro Vallejos.

Podríamos decir que El Kuelgue es la única banda que logra que su público grite, salte y baile canciones con letras que no tienen ninguna explicación ni una posible interpretación. Si bien hay montones de artistas que cantan con ciertos códigos que son difíciles de captar, casi ninguno hace letras en las que lo único que importe sea buscar palabras que rimen.
Y ahí ves, un Niceto completamente estallado, el segundo de los cinco que van a hacer cada jueves de noviembre, pogueando a los gritos “¿Cuál es la mirada de Eduardo y por qué se presenta así?” de “Por ahora” seguida a “Circunvalación” para abrir un show a puro agite.

El único invitado de la noche fue Juan Ingaramo (que había abierto la velada con sus propias canciones) y que se subió junto a la banda para cantar “Si te vas”. Además, un incógnito hombre en cuero con una mascara de caballo ayudó a nutrir ese imaginario surrealista que decora todo lo que hace el grupo en vivo.

Julián Kartún despliega toda su parafernalia teatral interpretando a su más popular Caro Pardíaco en canciones como “Milanesa” o corriendo de acá para allá con una cacerola luminosa que sirvió de leit motiv para el flyer de la fecha. Pero uno de los momentos más altos fue cuando se apareció desde el fondo del recinto arriba de un changuito de supermercado luminoso cantando entre el público “Amor, compresión y ternura”, una canción que parodia un video viral en youtube en el que una madre ecuatoriana quiere internar a sus hijos.

Luego de una breve introducción de “Mañana en el Abasto” de Sumo y un discurso eclesiástico en el que Kartún se convierte en un pastor de una iglesia evangélica, todos invocan a “Cristo es Marquitos Di Palma” y su legendario “¡Cumbia sí! ¡Trabajo no!”. La banda no para de citar a clásicos del rock nacional como “Escaleras” de Las Pelotas, engancha con “Dele tiempo” y “Negra candombera”

El cierre de oro empieza con “Crimen” de Gustavo Cerati sigue “Sin Parangón” y finaliza con “Tema del verano” y ese final punk que evoca al bardo general.

El Kuelgue es un zapping por diversos estilos musicales y facetas actorales, el horizonte siempre está puesto en el quilombo y el disfrute.

 

 

Melodías de Arrabal

Sofía Viola presentó su EP de tangos en el teatro Margarita Xirgú Espacio Untref el viernes 20 de octubre. Por Mauro Vallejos.

El mismísimo Fernando Noy oficia de maestro de ceremonias desde arriba del escenario, recitando un texto homenajea al tango porteño y le da la bienvenida a Sofía Viola que se ubica junto a su banda en el piso del Xirgú. Sin ningún tipo de amplificación, su voz se expande por toda la sala, ella camina entre los bancos cantando “A mi, no”, canción que da nombre a su último EP.

A esta le siguen “Juicio molar”, dedicada a una muela rota en pleno viaje por el altiplano mascando coca para calmar sus dolores, y “Santo Marcos”, donde cuenta su experiencia de largas horas en la ruta haciendo dedo.

Los tangos terminan y Noy continua deleitando a los presentes con sus recitados, luego se abre el telón y Viola aparece sobre el escenario interpretando “Errante” junto al pianista Leoni Zumbo.
Más tarde el Combo Ají se sube a las tablas, con un manejo del groove que es contagioso y que amplia su veta, desde boleros hasta blues sucios y desgarrados.

Sofía va alternando entre el escenario y el piso de la sala, vuelve a bajar para cantar canciones de Violeta Parra y algunas cuecas chilenas entre los presentes.

Cuando regresa a tocar con la banda que integran Ezequiel Borra en guitarra, coros y percusión, Juan Emilio Telechea en contrabajo, Nicolas Echeverría en percusión, Pollo Viola en trompeta y Zumbo en piano, suenan canciones como “Maribel”, “La noche deja el pañal”, “La huella en el cemento”, “La Semilla” y “Pancho en Constitución”.

Para el final del show empezaron a tocar las cumbias y los chamamés que hicieron levantar al público de sus asientos. En el bolero “La Devota”, de Carla Vaccaro, Sofía se sumerge en un trágico enredo sentimental, su voz pasea por todas las notas posibles sollozando “devoré centímetro a centímetro tu piel, amándote y odiándote a la vez”, mientras la noche le bajaba el telón al escenario.

 

 

 Foto: Sebastian Ciavaglia

Mutación exitosa en Niceto

Morbo y Mambo brindó un show para el recuerdo en Niceto Club para presentar “Muta” el viernes 13 de octubre. Por Mauro Vallejos

Ver a Morbo y Mambo es como meterse adentro de un disco y recorrer cada uno de los sonidos que lo habitan, con guitarras que pasan por millones de pedales y trompetas y trombones que enredan al público en el disfrute musical

La noche del viernes 13 de octubre no era una noche más, “Muta”, el último disco de la banda, se erigió como la excusa perfecta para que Niceto se colme de gente y arranque a bailar al ritmo de “Nuevo Mood” y “BS80”.

El último disco afronta a la banda a nuevos desafíos y uno de ellos, quizás el más osado para un grupo que viene acostumbrado a los instrumentales, es el de meter cantantes que se acoplen a esas estructuras musicales tan deformes. “Pomán” fue una de esas canciones que la gente, por primera vez, cantó en un show de Morbo.
En el disco participa Santiago Barrionuevo de El Mató A Un Policía Motorizado pero en vivo Maxi Russo se hizo cargo de la voz.

Los únicos invitados fueron el Ensamble Vasco Russo que acompañó en canciones como “Camille” y que, a fuerza de vientos y mucha adrenalina arriba del escenario, dieron pié al agite.

Para el show tenían pensado invitar a Andres Nusser, ex cantante de Astro, pero tuvo en accidente con su bicicleta y la banda decidió reproducir la pista de su voz en “Plan de Vuelo”.

Mención aparte para la puesta de luces que fue increíble y se adaptaba según el clima que proponía la canción. Montones de rayos verdes, rojos, amarillos y violetas contornean las siluetas de los músicos

El cierre fue con “4-4-2” paseándose por montones de estados musicales con una variedad sonora impecable. A lo largo del show pasaron 18 temas, ¡y los temas de Morbo son mucho más largos que un tema normal!.

También anunciaron su presentación en el festival Viaje de Agua Volúmen 2 el sábado 21 de octubre en Konex acompañando a Poseidótica, Motosierra, Güacho, Atrás Hay Truenos, Las Diferencias y Hungría.

 

 

Ciencia exacta

Científicos del Palo llenó el Uniclub para el lanzamiento de “Justicialista” con un show caliente en el que mecharon canciones nuevas y los clásicos de siempre. Por Mauro Vallejos

Científicos del Palo decide abrir el show con “La Mula”, como una declaración de principios de por qué estan tocando en Capital Federal. Esta canción habla de La Mula  Plateada, un recinto de la ciudad de Mar Del Plata donde dieron sus primeros pasos y les dio “la primera mano, la que llegó temprano al corazón”. La lista sigue con “El Restaurador” para sostener la perspectiva Rosista que sostienen sobre la historia argentina, su disco más emblemático.

Justicialista, el álbum que están presentando a 24hs de su salida, le canta al mar en canciones como “Seré pescado” y “Marplatense”, ambas suenan en vivo y se ve a los tres músicos felices de tocarlas por primera vez.

Pero la felicidad se ve reflejada en la cara del baterista Sebastián Quintanilla cuando dejan que el público cante “Los Gomías”, uno de los primeros clásicos de la noche.

El guitarrista y cantante “Pepo” San Martín encara los shows con el mismo humor de siempre, le hace bromas al público y cuando el iluminador prende todas las luces de la sala el cantante alude a que van a realizar un allanamiento.

El recinto se funde en aplausos cuando sube el único invitado de la noche, ni más ni menos que Ariel Minimal de Pez para hacer “Ceilán”. Se sabía por redes sociales de esta nueva amistad que forjaron las dos bandas y se rumorea que ambos cantantes están reuniéndose a componer canciones en conjunto.

El bajista Carlos “Popete” Andere desliza sus dedos con una destreza majestuosa y le pone pasión al show arengando al público. “El Dormijito” es otro momento alto donde el público canta absolutamente toda la canción.

Para el final las voces de la multitud acompañan “Código Morsa”, uno de los pocos clásicos amorosos del trío, hasta que el riff devorador de “El cura, el militar y el dueño de las vacas” desata el pogo final.

Un gran momento para los  marplatenses que, con su disco recién salido del horno, suenan con una contundencia asombrosa. La fecha de presentación en Capital la anunciaron para el mes de abril del año que viene. Mientras tanto, seguirán girando por el resto del país.

 

 

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